Escondida por los rincones, esperando que alguien la vea...
hablaba con los ratones, la pobre muñeca fea.
Esa era la canción que de pequeña me entristecía, pues me acordaba de mi muñeca.
Este año ha sido especial, he recuperado parte de mi infancia...
Como cada año por nochebuena, nos hemos reunido las cinco hermanas en casa de los papás.
Estábamos todas ayudando a mi mamá a preparar la comida especial de esa noche, para mi la navidad
es cuando estamos todas juntas...mamá tenia al fondo de una estantería la radio flojita, y en medio de nuestro alboroto y risas de vez en cuando se escuchaba un estribillo que empezábamos a tararear,provocando las risas y comentarios de mamá.
Cuando de repente se escucha" Escondida por los rincones", nos quedamos mirándonos las unas a las otras, con un silencio que mi madre corto de repente con su voz jovial y alegre dijo" Está canción no es de navidad" .
Y descubrí en ese momento que no era a mi sola a la que entristecía esa canción...pues a todas nos entro nostalgia...
Yo le pregunto a mi madre, para animar otra vez la velada, por mi muñeca de siempre, creyendo, pues siempre lo he dado por hecho que tras mi rabieta, la tiro.
Los reyes cada año me traían una muñeca preciosa, y carbón, que el día de reyes me dejaban postrada al lado de mi cama.
Tras varios años de juegos y con la curiosa advertencia de mi madre" no la rompas, ten cuidado", yo acabe mosqueada, y empecé a sospechar de mi preciosa muñeca, le saque un bracito y con pintauñas de mamá le hice una marca, y la volví a meter con mucho cuidado.
Al año siguiente, la preciosa muñeca con un vestido diferente estaba de nuevo postrada a los pies de mi cama, yo abri un ojo y lo volvi a cerrar inmediatamente, no queria que la magia que para mi representaba la navidad se esfumara...
Pero mi impaciencia de niña se hizo presente y sin ningun miramiento, le saque el bracito...y si, alli estaba la marca...esa muñeca era la misma de siempre, llorando me encontro mi madre al venir a despertarnos para decirnos que los camellos de los señores reyes de oriente,se habian comido todo el pan y bebido el agua que por la noche le pusimos...y yo le dije" Mamá yo ya soy mayor y no te creo" y entonces me abrazo fuertemente sobre su pecho y besandome sin parar en la cabeza me contesto"hija cuanto lo siento,me hubiese gustado que tu ilusion he inociencia durase un año mas, pues la ilusion y la inocencia es lo mas grande que tenemos las personas".
Yo me la quede mirando llorando pero en silencio, mientras ella me contaba "que somos muchos en casa y solo papá trabaja...pero hija mia, deja que la magia y la ilusion viva en los corazones de tus hermanitas, ya tendran ocasion de descubrirlo por ellas misma, estoy segura que me guardaras el secreto?".
Entonces siguiendo con los datiles haciendo bolitas y sin mirar a ninguna de mis hermanas pues todas nos quedemos sumidas en nuestros pensamientos, le pregunto ¿Mamá aquel dia tirastes mi muñeca?- Por supuesto que no hija mia, en una caja la tienes guardada, pues yo sabia que este dia llegaria-.
Y corri hacia la caja, con las manos sucias de cocina, pero ni cuenta me daba, pues la emocion me tenia anulada, abri aquella caja vieja y amarillenta y ante mis ojos aparecio otra vez la preciosa muñeca y con una coleccion de siete vestiditos...los mismos que tenian año tras año.
Mi madre se arrodillo al lado mio y cogiendome fuertemente las manos y mirandome a los ojos me dijo"Me alegra que la ilusion viva todavia en tu corazon".
jueves, 30 de diciembre de 2010
domingo, 26 de diciembre de 2010
MAYO DEL 1939.ESTA HISTORIA ES REAL,EMPEZO EN LOBON, BADAJOZ
Mayo del 1939, tras la caída de Madrid y de la república Española, llego la posguerra,dicen que es peor que la guerra...pues pasas hambre,descubres quienes faltan y eres consciente de todas las maldades de las cuales el único responsable es el hombre...que en nombre de la patria, te despojan del alma.
Ya no se escuchaban las bombas...solo se oía el llanto de los niños y el susurro de alguna madre... ahora comerás.
Poco a poco el pueblo fue bajando, con el llanto apagado y el miedo en sus almas...bajo sus pies, el Guadiana corría alegremente, como siempre, con sus aguas limpias y cristalinas.
Con el temor de encontrar soldados, fueron entrando en sus casas, saqueadas,destrozadas
en silencio aunque llorando, fueron recogiendo lo que pudiesen arreglar...
Días duros y de mucho trabajo y poco a poco regresan a la normalidad...aunque después de una guerra y faltando de todos los hogares alguien, es difícil de asimilar.
Aurora tenia razón-iba pensando Valentin-,nunca debió de haber aceptado la vara de la alcaldía, apenas dos años...los suficientes para ponerse en el punto de mira de los del bando contrario...le dolían las lágrimas de Aurora,pero en su momento no pudo rechazarlo y hoy entendía que una vez perdida la guerra su destino estaba echado y sabia con certeza que pronto le iban a cobrar...se sentía acobardado, temeroso y asustado pero no por el...sino por sus hijos y su querida Aurora...
Ellos tenían tierras qué poco a poco había ido rentando, con su trabajo y el buen hacer de Aurora les daba mas que para comer,por ese lado estaba tranquilo pues si algo le pasase, tendrían para vivir...Aurora era toda una mujer y con poco tenia suficiente para hacer una comida y con cualquier retal sus hijos iban de domingo, que orgulloso estaba de su familia, también tenia a su hermano Miguel, lo tenia como jornalero,confiaba en el ciegamente-que equivocado estaba, pero nunca podría llegar a comprobarlo, para desgracia de mi abuela.
Era una tarde de noviembre de 1939, como cada día, Valentin regresaba a casa, después de un largo día de trabajo en el campo,hacia pocos meses que había devuelto la vara de la alcaldía...la tuvo que devolver a los del bando contrario,no es que el quisiese el poder para beneficio suyo,el solo quería y había luchado para la justicia y la igualdad para todos...nunca se aprovecho de su cargo, pero sabia que las gentes de antaño lo odiaban,y un temor lo acompañaba día y noche...se desesperaba por sus niños y por su joven y bella esposa...estaba tan cansado.
Después de la guerra y dejar la alcaldía, volvió a trabajar de sol a sol en sus tierras con su hermano Miguel, y un puñado de hombres, trabajaba sin descanso para poder pagar a todos.
Deseaba que pasase el tiempo lo mas rápido posible,que el tiempo curase las heridas...pues todos habían perdido, en todas las familias había muertos, heridos y desaparecidos, todos pasaban hambre y miserias.Seguía caminando por la calle Real, muy cerquita ya de su casa, cuando noto que alguien lo seguía a una distancia corta, para asegurarse se agacho para atarse el zapato y acortando la distancia asegurarse.
-¿ Alguien que conocía?-
-No, no lo había visto nunca,no era de la zona-.
No era cobarde, pero esa tarde sintió miedo y un frió se le clavo en el alma, por fin entro en casa,sus hijos jugaban alrededor de la mesa camilla,ajenos a todo como niños que eran, solo se sintió reconfortado al ver a su querida esposa en la cocina, atareada haciendo pestiños...los hacia mejor que nadie.
Aurora al verlo entrar, le sonrió, con esa sonrisa suya tan especial...y con la mirada llena de amor.
-¡Cuanto la quiero Dios mio-¡pensaba Valentin mientras la miraba.
-¿Valentin, que tienes?-¿Porque traes esa cara, amor mio?-.
-¡Nada mujer, hace frió ya¡-le contesto evitando su mirada.
Cenaron y Valentin le dijo-"Aurora cariño,acostemos pronto a los niños y acostarnos pues se me ha metido el frió en el cuerpo"-.
Aurora dejo sus quehaceres y lo abrazo muy fuerte, bajito le susurro al oído -¡Valentin tengo miedo¡-.
En el silencio de su alcoba se volvieron a querer, pero fue diferente a otras veces, era como si los dos supiesen que era la ultima vez que se amaban en cuerpo y alma, tenían como un cierto gusto a despedida.
Despues de mil besos y te quieros, se quedaron dormidos abrazados,unos golpes en la puerta los desperto, Valentin miro a Aurora con ternura, apresuradamente se puso el pantalon...sabia que esto tenia que llegar...Aurora lo observava y el miedo no la dejo reaccionar, las lagrimas llenaban toda su cara, y con apenas un hilo de voz le pregunto-¿ Que pasa, Valentin?-.
-¡No lo se cariño¡-contesto casi sin voz.
Valentin abrio la puerta,y un golpe seco la cerro.
Aurora vivio treinta y siete años mas...fue enloqueciendo dia tras dia...esperando su regreso.
Ya no se escuchaban las bombas...solo se oía el llanto de los niños y el susurro de alguna madre... ahora comerás.
Poco a poco el pueblo fue bajando, con el llanto apagado y el miedo en sus almas...bajo sus pies, el Guadiana corría alegremente, como siempre, con sus aguas limpias y cristalinas.
Con el temor de encontrar soldados, fueron entrando en sus casas, saqueadas,destrozadas
en silencio aunque llorando, fueron recogiendo lo que pudiesen arreglar...
Días duros y de mucho trabajo y poco a poco regresan a la normalidad...aunque después de una guerra y faltando de todos los hogares alguien, es difícil de asimilar.
Aurora tenia razón-iba pensando Valentin-,nunca debió de haber aceptado la vara de la alcaldía, apenas dos años...los suficientes para ponerse en el punto de mira de los del bando contrario...le dolían las lágrimas de Aurora,pero en su momento no pudo rechazarlo y hoy entendía que una vez perdida la guerra su destino estaba echado y sabia con certeza que pronto le iban a cobrar...se sentía acobardado, temeroso y asustado pero no por el...sino por sus hijos y su querida Aurora...
Ellos tenían tierras qué poco a poco había ido rentando, con su trabajo y el buen hacer de Aurora les daba mas que para comer,por ese lado estaba tranquilo pues si algo le pasase, tendrían para vivir...Aurora era toda una mujer y con poco tenia suficiente para hacer una comida y con cualquier retal sus hijos iban de domingo, que orgulloso estaba de su familia, también tenia a su hermano Miguel, lo tenia como jornalero,confiaba en el ciegamente-que equivocado estaba, pero nunca podría llegar a comprobarlo, para desgracia de mi abuela.
Era una tarde de noviembre de 1939, como cada día, Valentin regresaba a casa, después de un largo día de trabajo en el campo,hacia pocos meses que había devuelto la vara de la alcaldía...la tuvo que devolver a los del bando contrario,no es que el quisiese el poder para beneficio suyo,el solo quería y había luchado para la justicia y la igualdad para todos...nunca se aprovecho de su cargo, pero sabia que las gentes de antaño lo odiaban,y un temor lo acompañaba día y noche...se desesperaba por sus niños y por su joven y bella esposa...estaba tan cansado.
Después de la guerra y dejar la alcaldía, volvió a trabajar de sol a sol en sus tierras con su hermano Miguel, y un puñado de hombres, trabajaba sin descanso para poder pagar a todos.
Deseaba que pasase el tiempo lo mas rápido posible,que el tiempo curase las heridas...pues todos habían perdido, en todas las familias había muertos, heridos y desaparecidos, todos pasaban hambre y miserias.Seguía caminando por la calle Real, muy cerquita ya de su casa, cuando noto que alguien lo seguía a una distancia corta, para asegurarse se agacho para atarse el zapato y acortando la distancia asegurarse.
-¿ Alguien que conocía?-
-No, no lo había visto nunca,no era de la zona-.
No era cobarde, pero esa tarde sintió miedo y un frió se le clavo en el alma, por fin entro en casa,sus hijos jugaban alrededor de la mesa camilla,ajenos a todo como niños que eran, solo se sintió reconfortado al ver a su querida esposa en la cocina, atareada haciendo pestiños...los hacia mejor que nadie.
Aurora al verlo entrar, le sonrió, con esa sonrisa suya tan especial...y con la mirada llena de amor.
-¡Cuanto la quiero Dios mio-¡pensaba Valentin mientras la miraba.
-¿Valentin, que tienes?-¿Porque traes esa cara, amor mio?-.
-¡Nada mujer, hace frió ya¡-le contesto evitando su mirada.
Cenaron y Valentin le dijo-"Aurora cariño,acostemos pronto a los niños y acostarnos pues se me ha metido el frió en el cuerpo"-.
Aurora dejo sus quehaceres y lo abrazo muy fuerte, bajito le susurro al oído -¡Valentin tengo miedo¡-.
En el silencio de su alcoba se volvieron a querer, pero fue diferente a otras veces, era como si los dos supiesen que era la ultima vez que se amaban en cuerpo y alma, tenían como un cierto gusto a despedida.
Despues de mil besos y te quieros, se quedaron dormidos abrazados,unos golpes en la puerta los desperto, Valentin miro a Aurora con ternura, apresuradamente se puso el pantalon...sabia que esto tenia que llegar...Aurora lo observava y el miedo no la dejo reaccionar, las lagrimas llenaban toda su cara, y con apenas un hilo de voz le pregunto-¿ Que pasa, Valentin?-.
-¡No lo se cariño¡-contesto casi sin voz.
Valentin abrio la puerta,y un golpe seco la cerro.
Aurora vivio treinta y siete años mas...fue enloqueciendo dia tras dia...esperando su regreso.
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